martes, 29 de marzo de 2011

Encuentro de verano.

Como no todo es trabajo aprovechamos el verano para charlas distendidas mate mediante y para que los pequeños disruten de la pileta.





sábado, 26 de marzo de 2011

Los siete niveles de la comunicación.

Como dijéramos, el escuchar es la habilidad principal que hace efectivo al EPPA. Los padres aprenden a escucharse bien uno a otro. Ese beneficio se extiende a las relaciones con sus familias.
La clave para tener un equipo efectivo está en la calidad de escucha que se fomenta dentro del EPPA.
Este aprendizaje se basa en la ejercitación de la autoescucha y la interescucha.
La autoescucha es un método de autoconocimiento que nos permite saber de nosotros mismos a través de la propia escucha mientras que para la inter-escucha se necesitan dos personas que toman la mutua decisión de escucharse lo más profundamente que puedan, la primera persona (participante) habla, recuerda, conversa, desahoga. La segunda persona (el escucha), da atención, da aliento, permite y apoya el desahogo.
Esta inter-escucha debe respetar cuatro reglas fundamentales:
1.- TOTAL ATENCIÓN.
2.- NO INTERRUMPIR, SÍ PREGUNTAR.
3.- TIEMPOS IGUALES.
4.- CONFIDENCIALIDAD.
El objetivo es lograr una comunicación profunda. Una profundidad que se nos invita a conocer, atravesar y comunicar y que tiene siete niveles y cada uno de ellos posee diferentes contenidos que le son propios. Para que los podamos registrar y transmitir cada uno de ellos reclama que seamos capaces de involucrarnos y "habilitar" niveles cada vez más profundos de uno mismo. Los niveles de comunicación implican a la vez niveles de registro, de intensidad y de transparencia. Cada nivel posee su propio criterio de verdad. Los siete niveles de comunicación profunda se han convertido en un itinerario de vida. Detallados en un esquema sencillo, son:
1. Nivel informativo: Recibir y dar información
2. Nivel de opiniones: Nos relacionamos desde lo que pensamos
3. Nivel de historias de vida: Comunicamos experiencias de vida
4. Nivel de sentimientos: Revelamos nuestros sentimientos
5. Nivel de deseos y necesidades: Desnudamos lo que necesitamos
6. Nivel de la propia mismidad: Nos encontramos con nuestra ser más profundo y el ser más profundo del otro
7. Nivel de la trascendencia: Nuestro yo más profundo puede desbordar o abrirnos al Viviente
Para más detalle de cada nivel consulte el archivo: https://sites.google.com/site/padreseppabaradero/home/NivelesdeComunicación.doc

viernes, 25 de marzo de 2011

Reunión de Grupo del 24 de marzo.

Dentro del cronograma de reuniones previsto para este 2011 llevamos a cabo la segunda reunión la cual, con motivo del feriado nacional, debió realizarse en un lugar diferente al habitual, y que bien nos atendieron!!!.





martes, 22 de marzo de 2011

La autoescucha y la interescucha.

Conociendo ya las cuatro reglas fundamentales que deben seguirse para una interescucha, detalladas en una entrada anterior, detallamos ahora dos formas de tomar contacto con nuestro ser más profundo: La autoescucha y la interescucha.

I- ¿QUÉ ES LA AUTOESCUCHA?Es un método de autoconocimiento que nos permite saber de nosotros mismos a través de la propia escucha.
Todos los métodos de autoconocimiento, introspección y meditación utilizan alguno de los sentidos como sendero a través del cual pretendemos acceder a las profundidades. Muchos de ellos se han elaborado utilizando como vector al sentido de la vista. En nuestro caso el sendero que utilizamos es el del oído. Lo hemos elegido por la preeminencia que le damos a la palabra en la comunicación humana.

II.- LA INTER-ESCUCHA ACORDADA.Básicamente se necesitan dos personas que toman la mutua decisión de escucharse lo más profundamente que puedan.
Hacer esto significa el desempeño de dos roles distintos y separados entre cada una de las personas que intervienen. La primera persona (participante) habla, recuerda, conversa, desahoga. La segunda persona (el escucha), da atención, da aliento, permite y apoya el desahogo. Las dos personas acuerdan escucharse durante un tiempo que se pacta de antemano.
En el archivo adjunto el texto completo: https://sites.google.com/site/padreseppabaradero/home/LAAUTOESCUCHAYLAINTERESCUCHA.doc

domingo, 20 de marzo de 2011

" Vivimos en una cultura adicta..."

Prevención de adicciones
" Vivimos en una cultura adicta..."
Juan Pablo Berra, fundador del grupo Equipos Promotores de Prevención de Adicciones (EPPA), habla sobre la necesidad de establecer una buena comunicación con los adolescentes

Sus palabras interpelan a grandes y chicos. Pero no acusan, sino que invitan: llaman a buscar una solución porque esa salida es posible.
Es que Juan Pablo Berra está convencido de que el abuso de alcohol y drogas, que gana terreno entre los adolescentes, tiene responsables y protagonistas de su prevención: los adultos. "El problema más grave, en esta hora difícil que le toca vivir a los adolescentes, son los padres, no son los chicos. Uno hace foco en el descontrol de los pibes, pero la causa son los padres... Muchísimos padres no están preparados para poder aceptar este desafío que significa el abuso de alcohol y drogas, simplemente porque el paisaje de la adolescencia que ellos vivieron no se parece en casi nada a lo que les toca vivir a los adolescentes de hoy", afirma.
Berra es profesor en Filosofía y licenciado en Teología. Su gran capital consiste en la experiencia: comenzó hace casi dos décadas trabajando en la rehabilitación de adictos. Y por eso ahora apuesta todas sus fichas a la prevención.
"Hicimos una investigación que demostró que sólo recibe algún tipo de tratamiento el 2% de los adictos en alguna comunidad terapéutica, en granjas, con psicólogo o grupos de autoayuda. La media de rehabilitación en nuestro país es del 10% de ese 2%. Por lo tanto, una vez que uno entró en la problemática de la adicción, la rehabilitación en el país es del 0,2%. Es decir, casi cero."

-¿Por qué no llegan al tratamiento?
-Un tratamiento serio lleva dos años. Muchas veces los jóvenes desisten porque no pueden, porque no se sienten acompañados, por muchos factores. Esto sucede en otras partes del mundo. Por lo tanto, si los resultados son éstos, es imprescindible hacer una tarea de prevención.
Su mirada está puesta en colegios y clubes, donde encontró a todos los actores que considera indispensables para la prevención: padres, chicos, docentes y entrenadores. Berra es fundador del grupo Equipos Promotores de Prevención de Adicciones (EPPA) que hoy trabajan en 30 colegios de Capital, Gran Buenos Aires, provincia de Buenos Aires, Córdoba, San Juan y pronto, en Chubut.
Su premisa es: cuanto antes, mejor. Hay cosas para las que es preferible no perder tiempo. Por eso su propuesta de prevención arranca desde la sala de 3 en el jardín. "Hemos notado que vivimos en una cultura adicta y adictiva que promueve las adicciones, y hay conductas adictivas que empiezan a manifestarse desde muy chicos. Muchos padres pretenden cosechar donde no han sembrado", dice.

-¿A qué conductas se refiere?
-Las adicciones van mutando en objetos. La televisión con frecuencia se convierte en adicción a las computadoras. Estamos convencidos de que debería haber equipos de prevención en todos los ámbitos de vida: en los colegios, los clubes y también en los trabajos, por la importancia que tiene en la vida de las personas.

-Hay algo que nadie discute: a todas las familias les preocupa el abuso de alcohol en los hijos adolescentes. ¿Pero por dónde arrancar?
-Siendo el tema de las adicciones pluricausal, los padres no pueden tener injerencia en algunas causas, como el poder que tiene el narcotráfico o la aplicación de las leyes que corresponden para el control del consumo de sustancias prohibidas para menores o el tremendo poder que tiene la propaganda en el consumo de los adolescentes. En realidad, habría que trabajar todas las puntas. Después de tantos años en el tema, Berra afirma: "Para mí la problemática del alcohol y de drogas es una oportunidad que se nos está dando, un desafío enorme para transformar la realidad, para redoblar la apuesta. No hay que estar inspirados por el miedo, sino todo lo contrario. La situación que nos toca vivir no da para ningún optimismo, pero el peor mensaje es el pánico. Está y va a estar... Hay que tomar el guante y ver cómo lo podemos utilizar a favor".

-¿En qué sentido se puede capitalizar en favor?-Estamos convencidos de que padres, docentes y los que tenemos alguna responsabilidad con los adolescentes podemos hacer mucho para provocar el cambio. Para esto, se puede mejorar la calidad de la comunicación con ellos y también crear redes de pares, alianzas positivas, de padres con padres, de adolescentes con adolescentes, de docentes con docentes.
Con respecto a la calidad de la comunicación, Berra cree que es un tema vital y decisivo. "Es lo que marca la diferencia, aun cuando en las demás fronteras de batalla vienen perdiendo. Esta es indelegable, es la trinchera que no podemos abandonar. Y es en definitiva, la trinchera más importante de todas. Por eso hay que hacerse de herramientas que permitan mejorar la calidad de comunicación con los adolescentes y ser sus aliados en esta lucha que a veces es despareja."
Sobre las redes, no duda en afirmar que los abusos anidan donde no hay una malla de contención fuerte. "Ante la vía libre, en los adolescentes talla el consumo abusivo y adictivo. Este es un escenario que cambia cada año o cada dos años. Antes el gran cuco eran los viajes de egresados. Hasta hace poco, otra gran preocupación eran las fiestas de egresados. Ya no son problemas porque empiezan a funcionar algunos mecanismos de control. Los grandes agujeros negros hoy son lo que llamamos la previa de los boliches, además de las zonas liberadas donde no se piden documentos y hay consumo irrestricto."

-¿Qué pasa en la previa?-Se evidencia una desolación absoluta de padres y referentes. De hecho, se hacen en las casas donde no están los padres. Acá hay mucha desidia y una candidez enorme por parte de los padres al creer todo lo que dicen los chicos.
Según una encuesta propia que realizaron en EPPA, los chicos afirman que el 70% de los padres no son conscientes de la cantidad de alcohol que toman sus hijos. "Al preguntar las razones, nos dicen: por comodidad, porque no quieren darse cuenta . No hay ninguna posibilidad de hacer una tarea inteligente de prevención cuando uno está en estado de negación. No hay ni con qué arrancar. Ahí vienen las catástrofes, como cuando te entregan un hijo con coma alcohólico."

-¿Cómo acercarse?-El eje fuerte donde nosotros hacemos foco es recrear el tejido social que se rompió con la crisis de 2001 y que se venía desmantelando. Está comprobado que en los lugares donde el tejido social está presente, desciende la injerencia del abuso de drogas, alcohol, delincuencia.

-¿Entonces la clave está en la comunicación?
-Es vital dotar a los padres de una serie de herramientas que les permitan aprender a comunicarse. Porque en realidad el grave problema que tenemos de comunicación entre padres e hijos no está en los hijos, el grave problema somos los padres.
Berra enseña en los talleres a comunicarse primero con uno mismo y luego con los otros en siete niveles: la información, el intercambio de opiniones, las experiencias de vida, la revelación de sentimientos, la de las necesidades, el poder llegar adonde habita la inteligencia, la libertad y el entusiasmo.
"Como muchas veces no tenemos las herramientas como para llegar hasta allí, le tenemos que pedir prestado el entusiasmo a niveles más superficiales y como no lo encontramos allí, lo buscaremos en sustancias que, aunque sean migajas, nos ayuden a experimentar algo de placer. Por eso nuestra propuesta de fondo es experimentar el placer de la comunicación: cuando uno logra comunicarse en serio estás en muchísimo menor riesgo de ser un adicto", destaca.
Los padres practican estas herramientas con otros padres. "Apuntamos a dejar capacidad instalada después de dos años de trabajo. Estamos convencidos de que estas cosas necesitan herramientas y práctica, pero no necesitan de ningún gurú. No podemos delegarles a otros algo que nos corresponde por derecho propio: tener la maravillosa aventura de poder comunicarnos a fondo con nuestra pareja, con nuestros hijos, con uno mismo", dice. Son 30 los equipos, algo así como mil padres que se reúnen quincenalmente.
"Acá no hay magia. No es un recetario. Acá hay práctica mientras vamos construyendo la red. Después de cinco años de práctica estamos elaborando claves y acciones de prevención", cuenta. Y ya comenzaron a armar grupos de jóvenes.

-¿Qué le diría a los padres?-Quiero insistir en que esto que está pasando es una oportunidad. En realidad, los grandes temas de la adolescencia son los grandes temas de la crisis de la mitad de la vida. La adolescencia de nuestros hijos es un motivo formidable para que nosotros, como adultos, produzcamos el proceso de madurez que nos corresponde a nuestra edad. También es una oportunidad para recrear los lazos y mejorar la calidad de vida que fuimos perdiendo. Muchos debieron estar atentos a la supervivencia y han dejado de prestar atención a la diaria de los chicos, pero es ahí donde se está jugando la vida y la muerte de nuestros hijos.

-¿Cuál es el mensaje para los adolescentes?-No me canso de decirles que no permitan que nada ni nadie los haga negociar sus sueños, sus anhelos más profundos. Me preocupa que, como en ningún otro momento de la historia, la sociedad ha logrado que los adolescentes sean consumidores antes de que los podamos identificar por su rebeldía, sus ideales, por sus búsquedas, su interpelación en los adultos. Para mí esto es una traición enorme de nuestra sociedad a los adolescentes.
No elude la responsabilidad. Berra se pregunta: "¿Qué es lo que está pasando con nuestros sueños, nuestros ideales y búsquedas? Porque todo esto se transmite. Los grandes responsables seguimos siendo los padres. Los chicos, a diferencia de otras épocas, tienen menos deseos, proyecciones y sueños porque también nosotros tenemos menos deseos, proyecciones y sueños". Todo un desafío.

Por Cynthia Palacios
De la Redacción de LA NACION

Artículo obtenido de la versión web del Diario La Nación del 16 de febrero de 2008

La cultura del fondo blanco.

AdiccionesLa cultura del fondo blanco

Varios relevamientos respaldan que los jóvenes abusan del alcohol desde los 13 años, que se instaló la costumbre del preboliche y que aumentó el consumo de bebidas blancas

"Todos sabemos lo que es estar abrazados al inodoro vomitando por alcohol", responde con una cerveza en la mano Mariano, de 17 años, luego de las risas iniciales ante la pregunta de si alguna vez abusaron de la bebida. Otro adolescente que revuelve el vaso de Fernet con el dedo redobla la apuesta con una mueca orgullosa: "Yo en una noche vomité tres veces y nunca dejé de tomar". De nuevo los jóvenes explotan de la risa.
A partir de esa confesión el resto del grupo de adolescentes de 16 y 17 años empieza a contar las peores locuras que cometió en estado de ebriedad. Reunidos en una casa de Barrio Norte para hacer la denominada previa o preboliche, se encuentran alrededor de una mesa tomando y mezclando diferentes tipos de alcohol. Para tomar más rápido realizan juegos de cartas y otros de memoria y astucia, que se van complejizando aún más al aumentar la cantidad de tragos ingeridos. El que pierde el juego, como prenda o castigo debe ingerir de un solo trago (fondo blanco) un vaso de bebida blanca.
En los últimos diez años, el alcohol se ha convertido en el centro de estas reuniones en las que divertirse es sinónimo de emborracharse. Con el tiempo se instaló como una práctica en la rutina de los fines de semana de los jóvenes de todos los estratos sociales.
Uno de los datos que más preocupa a padres y especialistas es que la edad de inicio de consumo de alcohol bajó hasta llegar a los 13 años, según datos de la Secretaría de Programación para la Prevención y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar). Ya no sólo los jóvenes participan de las previas, sino que también los adolescentes que recién empezaron la secundaria se suman a estos espacios. Una encuesta realizada por la Fundación Proyecto Padres a alumnos de Capital Federal señala que el 31% empieza a hacer preboliches de los 12 a los 14 años, y el 65% de los 14 a los 17.
Son numerosos los relevamientos que intentan ponerle cara al fantasma del abuso del alcohol y ahondar en sus causas. Todos llegan a la misma conclusión: los chicos tienen cada vez más acceso a la bebida, a más temprana edad. Según una encuesta de la Fundación Plácido Marín en colegios secundarios de la zona norte del conurbano bonaerense, sólo un 2% había probado la cerveza entre los 10 y 12 años en 2002, mientras que en 2008, ese número había ascendido a un 14%. Por su parte, la Asociación Alcohólicos Anónimos que tiene más de 900 grupos de ayuda en todo el país alerta sobre la baja de edad en el inicio del consumo de alcohol.
El problema no es sólo que los chicos toman siendo púberes -con lo cual el impacto que tiene el alcohol en su cerebro es mucho mayor-, sino también la cantidad que ingieren. Un estudio de la Sedronar señala que en 2001, el 19% de los jóvenes de 14 o menos había abusado del alcohol tomando cinco tragos o más; en 2005, un 45%, y en 2009, un 52%. Este aumento sostenido de abuso de alcohol se registra en todas las franjas etarias en los últimos nueve años.
El alcohol que toman los jóvenes de Barrio Norte en el preboliche lo compraron hace unos instantes por delivery telefónico. A pesar de que ninguno de los siete adolescentes reunidos tiene más de 18, les entregan las bebidas sin pedirles el documento de identidad. Antes realizaron una recolección del dinero -una vaca, como lo denominan ellos-. Compran un Fernet, un Frizze y 3 cervezas. Otro de los chicos trajo un vodka desde su casa. "Esta vez pedimos poco", indica uno de los adolescentes. Al comprar, calculan 2 o 3 botellas de cerveza por persona, pero admiten que piden hasta donde les alcanza la plata.
"Empezamos a tomar desde los 13 años, pero de a poquito y en la calle. A los 15 recién tomamos más fuerte", dice Sofía, la única mujer del grupo. "Quizás algunos padres saben que nos juntamos a tomar, pero no saben que tomamos vodka, Fernet y otras bebidas tan fuertes. Lo que hacemos es asegurarnos de esconder esas botellas cuando nos vamos", dice Mario, que tiene pelo largo y fue el que trajo escondida la botella de vodka.
Estas reuniones se realizan en las casas, pero generalmente donde los padres no están presentes. Los especialistas coinciden en que esta práctica surgió por razones económicas pues es más barato comprar bebidas alcohólicas en un supermercado o quiosco para tomar puertas adentro que en un bar. Otra de las razones sería el horario tardío de entrada en los boliches, por lo que la previa cumple el rol de aguantar tomando hasta que sea la hora de salir.
Sorprende escuchar a adolescentes contar con qué facilidad consiguen el alcohol en quioscos, supermercados o a través del delivery telefónico, a pesar de que la ley 24788 prohíbe la venta de todo tipo de bebidas alcohólicas a menores de 18.
"Tomamos cerveza y también Fernet -dice Liliana, que tiene 15 años y es de Olivos, mientras hace la fila para entrar a un recital-. Todavía no salimos a bailar, pero nos juntamos a veces en las casas a tomar algo. Solemos pedir el alcohol por teléfono si es que no llegamos a comprarlo antes de las 12 en el supermercado. Nunca tuve ningún problema para comprar alcohol."
Mariana cuenta sobre otra estrategia para conseguir bebidas. "En Quilmes ya sabemos movilizarnos y vamos a los bares donde sabemos no nos hacen problema con los documentos. Algunos llegan reborrachos de las previas y no los dejan entrar y quedan ahí tirados en la entrada."
Este panorama está en sintonía con datos de la División Toxicológica del hospital Fernández, que evidencian en 2010 un aumento del 50% entre los menores de 20 años en las consultas por intoxicación aguda de alcohol, en comparación con 2010.
El doctor Carlos Damin, jefe de la división del hospital, dice que hace 10 años, los menores de 18 que ingresaban por intoxicación eran sólo casos excepcionales. "Lo que estamos evidenciando es que cada vez hay niveles de alcohol más alta en chicos cada vez más chicos."
Tolerancia socialPara los especialistas hay una falta de visibilidad del problema a causa de la tolerancia social y la baja percepción del riesgo. "No se lo ve como algo cuestionable al tema del alcohol", dice Susana Calero, del Centro de Asistencia, Capacitación e Investigación de las Socioadicciones (Cacis). Y agrega que los padres siguen tolerando esta práctica ya que en muchos casos desconocen qué hacen sus hijos durante la noche y cuánto es realmente la cantidad de alcohol que toman.
Adrián Dall´Asta, director ejecutivo de la Fundación Proyecto Padres, piensa que los jóvenes toman por una razón: "Para conseguir un efecto químico, una transformación, al igual que la droga. El problema en sí no es el aclohol sino esa necesidad de que la realidad cambie para mí y se convierta en divertida".
Justamente esta cualidad es la que Sofía resalta mientras habla con uno de sus amigos del preboliche de Barrio Norte: "Cuando tomás te ponés tan divertido", dice. Mariano agrega que aunque ése no sea su caso, "muchos amigos no se encaran una mina si no se emborrachan. Lo que sí es verdad que cuando tomás, hablás temas con tus amigos que de otra forma no lo harías, como por ejemplo la historia de vida de cada uno".
Juan Pablo Berra, del Equipo Promotor de Prevención de Adicciones para Padres (EPPA Padres), dice que "hoy si no hay alcohol los chicos no se divierten. De hecho, si se enteran de que en la fiesta o en el cumpleaños no hay alcohol, no van".Calero concuerda y advierte que el alcohol es un problema cuando se convierte en una necesidad para divertirse. "Preocupa enterarse que son los propios padres los que compran el alcohol para acompañar pizzas o empanadas del cumpleaños de su hijo adolescente", añade Calero.
Según un estudio de Proyecto Padres, las bebidas que más consumen los jóvenes son la cerveza por un tema de costo económico y moda, y luego el Fernet. Dall'Asta agrega que hay un cambio cultural que llevó a que "menores de edad empezaran nuevamente a tomar bebidas blancas".
Este dato se encuentra respaldado por el estudio de la Fundación Plácido Marín, que indica que el consumo de bebidas blancas a temprana edad, de 14 a 16 años, aumentó en un 31% de 2002 a 2008.
Dall'Asta indica con preocupación que tanto la publicidad como el imaginario colectivo posiciona el alcohol como elemento indispensable para divertirse. "Tendría que haber un mayor control en la publicidad de bebidas alcohólicas. En este momento una marca de cerveza tiene un spot televisivo en que empieza la fiesta una vez que llegan modelos con heladeras llenas de cerveza."
Subestimar su efectoSin embargo, el hábito de emborracharse no es una costumbre tan inofensiva como parece, y menos aún en adolescentes que no son lo suficientemente maduros. Carlos Damin explica que a pesar de no haber muchas muertes por la intoxicación del alcohol en sí hay otros riesgos de muertes relacionadas con el estado de ebriedad.
Según la Asociación Civil Luchemos por la Vida sobre datos de la morgue judicial, el 50% de los muertos por accidente de tránsito tiene índices de alcoholemia por encima de lo permitido.
Especialistas coinciden que tomar en exceso puede ser perjudicial para la salud. Además el alcoholismo incentiva conductas agresivas y las peleas entre los jóvenes. Según un estudio del Sedronar, esta sustancia se encuentra fuertemente asociada con el consumo de otras drogas ilícitas, tanto marihuana como cocaína.
Además, al estar alcoholizados, el riesgo del embarazo adolescente aumenta notablemente. Calero advierte que "entre consumidores de alcohol y droga hay un alto porcentaje que tienen hijos porque hay un menor cuidado frente al embarazo".
Hugo Míguez, psicólogo experto en adicciones, cree que la cultura en la que vivimos del está todo bien está basada en la necesidad de los adolescentes de consumir alcohol como forma de anestesia. "La propuesta de divertirse se promociona a veces sobre la base de disminuir por vía de la alcoholización la conciencia de la persona. Esta facilitación toma las características de una prótesis social que se instala finalmente como requerimiento inevitable de cualquier encuentro."
Según Calero, cuando los padres se dan cuenta del problema ya es demasiado tarde y algunas consecuencias para sus hijos pueden ser irreversibles. Los jóvenes del preboliche continúan tomando mientras que avanzan las horas. Como decidieron que no irán a bailar siguen descorchando botellas sin darse cuenta de que, otra vez, la noche y el alcohol les ganaron la pulseada.

Por Teodelina Basavilbaso
De la Fundación LA NACION

CÓMO COLABORAR

Consentidos: http://www.consentidos.org.ar/
Proyecto Padres: http://www.proyectopadres.org/
EPPA Padres: http://www.eppapadres.com.ar/
Cacis: http://www.cacis.com.ar/
Plácido Marín: http://www.fundacion.marin.edu.ar/
Alcohólicos Anónimos: http://www.aa.org.ar/
Luchemos por la Vida: http://www.luchemos.org.ar/

Artículo obtenido de la versión web del Diario La Nación correspondiente al día sábado 05 de marzo de 2011

viernes, 18 de marzo de 2011

Reglas fundamentales de la interescucha.

Los EPPAs son, entre otras cosas, grupos de apoyo integrado por padres y madres que escuchan y hablan sobre cosas que les interesan a ellos como padres.
El escuchar es la habilidad principal que hace efectivo al EPPA. Los padres aprenden a escucharse bien uno a otro. Ese beneficio se extiende a las relaciones con sus familias.
La clave para tener un equipo efectivo está en la calidad de escucha que ustedes puedan fomentar dentro del EPPA.
REGLAS FUNDAMENTALES DE LA INTERESCUCHA.1.- TOTAL ATENCIÓN.En la ATENCIÓN expreso toda mi empatía a través de los gestos, mi asentimiento de que estoy atento a cuanto dice y cómo lo dice. Que estoy lo más disponible que soy capaz para recibir a mi escucha tal cual es y tal cual está.
La atención nos permite distintos niveles de registro y, por lo mismo, acceder a distintos niveles de conciencia. Sin atención no hay registro y sin registro no hay reflexión.
Gracias a la atención podemos valorar más a las personas y a uno mismo.
2.- NO INTERRUMPIR, SÍ PREGUNTAR.Existen modos de interrupción sutiles que nos impiden llegar a niveles profundos de comunicación y nos pueden estancar por largo tiempo. Esto sucede si adivinamos, juzgamos, interpretamos y aconsejamos.
Sí, SIEMPRE, SE PUEDE PREGUNTAR:
a) Para ayudar a quien escucho, a ir más a fondo de sí mismo, acompañándolo en sus niveles de registro, de conciencia y de comunicación.
b) Para favorecer una mayor reflexión.
c) Para no sacarlo al otro de sí mismo sino meterlo adentro, para que el otro no deje de ser protagonista.
3.- TIEMPOS IGUALES.Somos todos iguales. Todos tenemos riquezas, deseos, necesidades, tesoros por ser descubiertos y compartidos. En la co-escucha hay tiempos iguales porque todos tenemos la doble necesidad de ser escuchados y de escuchar.
Esta regla de dividir bien el tiempo también ayuda a que el grupo no caiga en patrones que nuestra sociedad ha establecido, como el permitir más tiempo a personas que hablan mucho y menos a personas que hablan poco o que piensan antes de hablar.
4.- CONFIDENCIALIDAD.La intimidad reclama confidencialidad. Aquel que revela y desnuda sus sentimientos, necesidades y deseos, comparte sus secretos y con ellos los tesoros y abismos de su corazón.
El corazón es un espacio sagrado que reclama protección. Se lo protege con la certeza de la confidencialidad. De esta manera sentimos un gran alivio. Además de desahogar, ahora somos protegidos por el otro. Nuestra corazón desnudo no fue herido, por el contrario está ahora expandido en el corazón del escucha y está protegido por él.



jueves, 17 de marzo de 2011

Reunión de coordinación 15 de marzo de 2011

El día viernes 11 de marzo tuvimos la primer reunión "formal" con la que dábamos inicio a las actividades del año.
Para el día martes 15, las autoridades del Colegio realizaron una convocatoria para los padres de los tres Ciclos. En ella se presentó la Madre Superiora y luego nuestro "Guía y Maestro" presentó el Proyecto Institucional de Comunicación a los padres.
Aprovechamos su visita para reunirnos luego con la finalidad de delinear las acciones a seguir para este año.





¿Cuáles son los objetivos del Grupo?

  1. Conformar, junto con la Cumunidad Educativa en general, (Religiosas, Directivos, Docentes, Padres y Alumnos) un grupo de trabajo en el cual podamos apoyarnos, consolidarnos y crecer como tales.
  2. A través de la práctica constante de la escucha con otros padres, incorporar las herramientas de comunicación a nuestro estilo de vida, crear redes de padres, docentes y adolescentes de la Institución que sean capaces de generar una contención eficaz que logre acciones preventivas respecto de conductas abusivas y/o adictivas.
  3. Buscar espacios alternativos para los adolescentes en los que esté presente la escucha, el juego, el cultivo de los vínculos entre pares y el servicio. Todo ello en pos de un nuevo liderazgo y protagonismo juvenil.
  4. Realizar tareas periódicas de diagnóstico respecto de conductas abusivas y/o adictivas en niños, adolescentes y adultos, las cuales mutan con mucha rapidez.